La indolencia y la politiquería no deben ser la respuesta al drama nacional y al desastre social y medioambiental

Proyecto Nueva Izquierda
-Círculos Caamañistas-
¡ La indolencia y la politiquería no deben ser la respuesta
al drama nacional y al desastre social y medioambiental l
¡ El Pueblo organizado debe ser
el sujeto protagónico para enfrentar el desastre !


El país ha sido abrazado nuevamente por el desastre. La naturaleza lo encuentra desprovisto, desprevenido e indefenso, a consecuencia de la deuda social acumulada, sin capacidades de respuestas a urgencias y emergencias y exhibiendo impotente todas sus miserias.


Ahora no tiene sentido la politiquería ni las acusaciones irresponsables de quienes pueden y no hacen, ni de aquellos que pudieron generar mejores condiciones en la nación y se olvidaron de la gente.


Es incuestionable para la gente que las autoridades centrales, el gobierno, han manejado la situación sin muestras de interés por servirle.


El pueblo asistió a este evento sin informaciones adecuadas, sin ningún tipo de preparación, sin ninguna previsión de los organismos encargados y con las principales figuras de la nación, incluyendo el propio presidente de la república, concentrados en el proselitismo reeleccionista, y justo en el momento en que la tormenta Noel comenzaba a afectar de lleno el país.


Se ha generalizado la opinión de que adolecemos de autoridades centrales, de un gobierno conductor, basado en la conciencia de que las respuestas oficiales han sido inconexas, dispersas, contradictorias, insuficientes e irresponsables.


Pero, a pesar de ello, ahora no tiene ningún sentido mezclar el enfrentamiento al desastre con la coyuntura electoral y el clientelismo. Las muertes, la debacle productiva, el sufrimiento de la gente, no deben ser banderas demagógicas ni oportunistas.


Todo el pueblo pobre del país pasará balance y establecerá las responsabilidades de lugar, en la conciencia de que su abandono por quienes han dirigido la nación provocando la enorme deuda social, la depredación ecológica y los daños ambientales, sin dejar de expresar su indignación y rechazo a quienes hoy, concentrados en la politiquería no asumieron la responsabilidad de estado que les correspondía.


Dejado sin capacidades el país ha sido mas desbastado, sus infraestructuras insuficientes y limitadas, peor maltrechas o destruidas. El hambre padecida solo asegura su crecimiento veloz y terrible; la crisis alimentaria y el hambre crecerán de súbito; los daños de infraestructura no permiten auto-soluciones de corto plazo, al margen de políticas de estado y soporte público real.



La crisis humana en términos de salud, de enfermedades generalizadas, de incapacidades oficiales para dar respuestas a las demandas de la población en medio de las condiciones precarias de lo que tenemos como sistema público de salud y la profundidad del daño, del desastre y sus secuelas, solo aseguran un panorama tétrico para el país y especialmente para su población empobrecida.


El pueblo pobre, la nación, la sociedad, padeciendo una crisis sobre otra ancestral agudizada, no pueden esperar, no pueden depender exclusivamente de la responsabilidad del gobierno, de los gestos demagógicos de la politiquería, ni de la caridad o solidaridad internacional.


Se necesita combinar, desprendida y solidariamente, de todas las posibilidades, medios y recursos, voluntades e iniciativas que permitan y garanticen el protagonismo del propio pueblo para la superación del desastre y la recreación de condiciones a favor de una nueva y mejor vida para la gente.


Proponemos:



1- Que se asuma una real VOLUNTAD NACIONAL DE UNIDAD CONTRA EL DESASTRE, exigiendo el cumplimiento de las funciones públicas en subordinación plena al interés nacional y a las exigencias y requerimientos humanos de un pueblo aplastado por la miseria y el desastre, más allá y por encima de situación política del país y los intereses grupales que ella conjunta.


2-Construir, en base a la participación protagónica de las organizaciones sociales asentadas en las comunidades y sectores sociales, y con la participación de entidades especializadas, grupos profesionales, universidades, sectores religiosos y entidades públicas, UN MECANISMO NACIONAL que programe, defina y proponga las acciones para superar el desastre partiendo de las propuestas de las comunidades.


3-Garantizar que la acción del Estado facilite la ejecución de esas propuestas, posibilitando que la ayuda solidaria internacional, los aportes nacionales directos y las obligaciones del Estado se expresen directamente sobre las comunidades en función de los planes para mitigar el desastre y superar sus efectos, por ellas definidos.


4-Crear, desde la base de la sociedad, en cada una de las comunidades y sectores afectados por el desastre, UN ORGANISMO LOCAL DE EVALUACIÓN Y SEGUIMIENTO DEL DESASTRE que construya el diagnóstico y estudio situacional de la comunidad, identifique en función de ello los daños y desafíos, y formule las propuestas superadoras de la desgracia.


5-Que el daño sea entendido y enfrentado en tres grandes direcciones: a) Los dramas sociales y humanos que el desastre comporta; b) Los desafíos ecológicos y medio ambientales en general que el desastre pone al descubierto; y c) Las urgencias en la reconstrucción-construcción de las obras de infraestructura física que necesariamente conlleva la superación de la presente situación.


Nuestro llamado es a una GRAN MOVILIZACION NACIONAL, A UNA GRAN UNIDAD DE LA NACIÓN, bajo protagonismo de las organizaciones sociales populares y las entidades de la sociedad que asumen la conciencia de cambios profundos y que tienen voluntad para superar las causas generadoras del desastre que hoy padecemos.


El gobierno no tiene otra alternativa que entender esto. La oposición de derecha no tiene espacio para la acción clientelar y las izquierdas y el campo popular y progresista están en la responsabilidad humana y ética de colocar en un sitial preferencial el clamor de un pueblo que demanda redención y superación de las dramáticas secuelas de todo el desastre.



Equipo de Seguimiento
Círculos Caamañistas

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