Por
Narciso Isa Conde
Danilo tuvo que recular. Leonel sigue
insistiendo. Danilo tiene siete precandidatos. Leonel es él solo, ni siquiera
contempla a Margarita y se sabe porqué. Le favorece que sería difícil la
escogencia de uno entre los siete
danilistas.
La búsqueda de
impunidad domina ese certamen. Danilo hubiera querido ser su propio guardián,
pero no pudo. A falta de él, su preferido es Gonzalo, pero sus expedientes lo
pueden destrozar, es demasiado vulnerable. Tiene fuerza estatal y dinero, pero
es un sucesor súper-“quemado”, al punto
que un sector danilista, que todavía no ha entrado en pelea dura, no lo quiere
dejar pasar.
Leonel quiere de nuevo
la Presidencia para blindarse. Danilo quiere que lo rehabiliten para el 2024
para reforzar su impunidad y además está negociándola con el PRM con la ayuda de Hipólito.
Estos son componentes
de la encrucijada-PLD, pero los hay más difícil de superar. SI por el
fraccionamiento del danilismo, Leonel se impone, más de la mitad del
partido-estado-corporación se irá a la huelga, abriéndole cancha a una
oposición potencialmente dividida y dividible. Y de esa situación no se sabe lo
que pueda salir.
Pero pasaría igual,
solo que a la inversa: si el danilismo impone a Gonzalo u otro de los suyos, el leonelismo: o se va a huelga o se sale del
PLD para tratar de impedir la victoria al bando contrario.
La berenjena podrida
podría estallar y eso bueno. Ojalá que explote y se inhabilite, y ojala esa
tendencia se extienda a todo el sistema tradicional de partidos. Esos partidos
son corrupción, impunidad y antidemocracia.
La única manera que el
PLD puede sobrevivir en el corto plazo, y no por mucho tiempo ni tampoco muy
compactado, es si Leonel y Danilo pactan
una candidatura común que los blinde a los dos y posibilite un reparto
de cuotas de poder y partidaria que se lo garantice. Pero eso está muy difícil
y ojala se ponga más difícil.
Margarita quiere ser
el “puente” y le ayuda que al no tener aparato y tener proyección electoral
puede repartir y a la vez situar mejor
electoralmente al PLD que los otros precandidatos. Su corruptela es grande,
pero no está a flor de piel ni tiene expedientes Odebrecht y cosas parecidas a
la vista. Su problema es que ninguna de las partes enfrentadas la quieren y
ojala que no surja un amor repentino, para que la berenjena no tarde mucho en
estallar. Mientras…todo sigue incierto.