“Uribe el Bueno, Chávez el Malo”

Esa es la impresión que quiere dar el narcogobierno de Álvaro Uribe al mundo, que él es el “bueno” y que Hugo Chávez es el “malo” con la campaña mediática del gobierno y la ultra derecha colombiana en contra de Venezuela, o más bien en contra del presidente Chávez así lo demuestran, es toda una “estrategia comunicacional bizarra” para poner en primer plano la “matriz mediática intervencionista” por parte del gobierno venezolano y tratar de tapar con ella el caso de las 7 Bases Militares gringas en Colombia, así como los casos de chantaje, pago y compra de diputados y diputadas para favorecer con su voto viciado la reelección de Uribe para un nuevo periodo presidencial, el tercero consecutivamente, así como los casos de los “falsos positivos”, el narcotráfico, el paramilitarismo, el sicariato, el secuestro y la libertad de los secuestrados, torturas, etc. o sea la violencia y todo un Estado colombiano donde su economía, los Poderes públicos y el gobierno lo domina el narcotráfico, lavado de dinero y los paramilitares.

Pero ¿Quien es Álvaro Uribe?
Álvaro Uribe (Medellín, 1952) Abogado y político colombiano, presidente de Colombia desde mayo de 2002. Álvaro Uribe Vélez nació en Medellín, Antioquia, el 4 de julio de 1952, hijo del hacendado Alberto Uribe y de Laura Vélez, de una familia de abolengo liberal.
Estudió el bachillerato en colegios religiosos y en 1977 se licenció en derecho y ciencias políticas por la Universidad de Antioquia, en Medellín, donde empezó su carrera política en las Juventudes del Partido Liberal (versión colombiana de la socialdemocracia). Amplió su formación en la Universidad estadounidense de Harvard.
Álvaro Uribe
Funcionario público, ocupó diversos cargos en su provincia y fue secretario del Ministerio de Trabajo en 1977, con el presidente Alfonso López Michelsen, y Director del Departamento de Aeronáutica Civil (1980-1982) bajo el presidente Julio César Turbay Ayala.
De esa época datan las sospechas que enturbian su pasado. Según una biografía crítica (El señor de las sombras, publicada en 2002) escrita por el periodista Joseph Contreras, de la revista estadounidense Newsweek, concedió licencias de vuelo a algunos pilotos que eran traficantes de drogas (cártel de Medellín), acusaciones reiteradamente desmentidas pero en las que insistieron dos periodistas colombianos, Fernando Garavito y Fabio Castillo, en una inquietante investigación recogida en el libro Los jinetes de la cocaína.
A esas acusaciones contribuyó la amistad de su padre con Fabio Escobar, cuyo hijo, Pablo Escobar, hizo fortuna y ganó notoriedad como jefe de uno de los poderosos cárteles de la droga. Alberto Uribe fue asesinado por los guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en 1983, en su finca de Guacharacas, cuando presuntamente se resistió a ser secuestrado. En 1991, un informe del Departamento de Estado norteamericano presentó a Álvaro Uribe como “estrecho amigo personal de Pablo Escobar” y vinculó el asesinato de su padre con sus intrincadas relaciones con el narcotráfico. La muerte de su padre cambió radicalmente sus planes: vendió todas sus propiedades agrarias para dedicarse a la política.
Elegido alcalde de Medellín en 1982, concejal en 1984 y 1988, ejerció como senador de 1986 a 1994 y fue portavoz del sector del partido más inclinado al empleo de la fuerza para acabar con la guerrilla endémica. Como gobernador de Antioquia (1995-1997), propugnó la participación y la transparencia en su gestión, pero de esos años datan sus contactos con los elementos paramilitares que combatían a la insurgencia en las denominadas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). Con su proyecto de “Estado comunitario”, defendió una estrategia de rearme e implicación de los civiles en la lucha antisubversiva.
Gracias a la colaboración ciudadana, los secuestros se redujeron un 60% y las vías que comunican Antioquia con Bogotá fueron transitables. No pudo evitar, sin embargo, las acusaciones de promover o favorecer a las asociaciones privadas de seguridad, agrupadas en el programa Convivir, que cometieron innumerables violaciones de los derechos humanos antes de ser proscritas.
Al expirar su mandato, se retiró provisionalmente de la política, coincidiendo con la llegada a la presidencia del conservador Andrés Pastrana, y obtuvo una beca Simón Bolívar, del British Council, para trasladarse a la Universidad de Oxford, en la que fue profesor asociado del Saint Anthony’s College entre 1998 y 2000.
Regresó a la arena política para sumarse a la campaña del candidato del Partido Liberal, Horacio Serpa Uribe, que había sido ministro del Interior, pero del que discrepó en cuanto a la estrategia antiguerrillera, por lo que rompió la disciplina partidaria y presentó su candidatura a las elecciones como independiente, en un clima de exacerbada violencia tras el fracaso del proceso de paz negociado por Pastrana con las FARC.
A lo largo de 2001, con un lenguaje enérgico y claro, denunciando las concesiones y prometiendo una lucha implacable contra el terror, su proyecto de “seguridad democrática” y resistencia civil se impuso ante una ciudadanía hastiada de escuchar pronósticos irreales sobre la paz durante cuarenta años.
Su creciente popularidad se fraguó en el descrédito de todos los intentos de una solución política o negociada del conflicto y del dualismo tradicional y oligárquico de liberales y conservadores. Uribe se forjó una imagen de honradez y firmeza, insistiendo en la necesidad de restablecer la autoridad del Estado, y se distanció de los otros candidatos al declarar que no se opondría a la llegada de tropas extranjeras para combatir el narcotráfico, como corolario del plan multimillonario acordado entre los presidentes Pastrana y Bill Clinton para la destrucción de los cultivos de coca.
Fuente.- http://www.biografiasyvidas.com/biografia/u/uribe_alvaro.htm

La biografía de Uribe no dice nada de un informe de la DEA donde este “señor bien educado” estaba en el puesto Nº 82 de los más buscados en Colombia y el mundo por el negocio de las drogas, puesto que desapareció de la lista luego que le “vendió” el alma al diablo del imperio del norte, lo que es verdad es que la oligarquía colombiana junto con Uribe han tenido el poder económico, militar, eclesiástico, mediático, tráfico de estupefacientes y ahora acompañado y financiado por el águila imperial de los Estado Unidos, este viernes en Argentina será una oportunidad para que los gobiernos y pueblos del Continente le digan a Uribe y a los halcones del Pentágono que las 7 bases militares en Colombia deben salir del territorio colombiano, la amenaza contra Venezuela es muy grande, es por esto que las relaciones diplomáticas están en “un hilo”, es casi seguro que éstas se rompan por culpa de la oligarquía colombiana y la sumisión del gobierno narcoparamilitar de Uribe a los Estados Unidos, seguirán las acusaciones de intervencionismo, de narcotráfico, de suministro de armas a la FARC-EP, y de cualquier otra mentira mediática de la derecha colombiana y su gobierno para hacer ver al presidente Chávez como el malo y al delincuente de Uribe como el bueno.
Por eso digo…

¡Uribe si no lo hace a la entrada, lo hace a la salida!